Una de las cosas que me gustan de los cultivos en permacultura, o según el método Hazelip, o la mezcla de todo ello que estoy haciendo en el huerto, son las plantas que aparecen por sorpresa en la huerta. Al no cavar, alguna semilla perdida logra germinar y crecer. Por ejemplo, estas caléndulas que aparecen entre las berenjenas no las he sembrado este año:
o este calabacín entre lechugas y pimientos tampoco:
o esta col entre los tomates:
Todo ello hace que la huerta da la impresión de desorden y falta de previsión (lo que también es cierto) pero también de estar viva.