Este verano los calabacines están produciendo como nunca, hasta el punto de no saber que hacer con ellos, tras hacer crema, hacerlos a la plancha o regalarlos, cuando llega también la abundancia de tomates y los primeros pimientos, es el momento de hacer pisto.
Tras pelar y trocear el calabacín, junto al pimiento y la cebolla, se echan a una cacerola con un chorro de aceite de oliva y a fuego suave dejamos que vayan haciéndose hasta estar blandos.
Aparte se prepara el tomate, también con un chorro de aceite y a fuego suave.
Cuando está hecho, se pasa por el pasapuré y se añade a la cazuela con calabacines, cebollas y pimiento.
Tras lo que sólo queda ponerlo a fuego suave e ir removiendo hasta que tiene la textura que queramos, que para mí suele ser más bien espesa.
Como he hecho bastante cantidad, lo hemos envasado al vacío para el invierno.
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