La caléndula (Calendula officinalis L) es una popular flor de gran belleza y colorido intenso en el verano:
pero más importante que su aspecto son sus amplias propiedades como remedio para tratar principalmente afecciones de la piel. El aceite de caléndula se puede usar para desinfectar y cicatrizar heridas y cortes, inflamaciones en general, eccemas, quemaduras por fuego y por el sol (muy eficaz), picaduras de insectos o medusas y ulceraciones externas e internas.
La manera de aplicar estas propiedades es en aceite. Se llena un bote con flores (yo prefiero que estén ligeramente secas, frescas contienen agua que es el mayor enemigo de los aceites) y, sin apretar, se cubren de buen aceite de oliva. Se cierra herméticamente el tarro y se deja en un lugar cálido, pero no directamente al sol durante 40 días.
Pasados los cuarenta días, se cuela con cuidado y el aceite se guarda en un tarro hermético en un lugar fresco y oscuro.